martes, 19 de octubre de 2010

La enajenación.

Una idea clave de la Filosofía marxista es la enajenación. Hegel habla de enajenación, pero en un sentido metafísico y abstracto; según Marx, la enajenación se da en un plano concreto y humano. En Los manuscritos económicos y filosóficos de 1844, Marx habla de la enajenación del hombre en el trabajo. Según Marx, la separación entre el productor y la propiedad de sus condiciones de trabajo constituyen un proceso que transforma los medios de producción en capital y, a la vez, transforma los productores en asalariados; por lo tanto, es necesario liberar al hombre de la esclavitud originada por el trabajo, que no le pertenece, mediante una apropiación del trabajo. De este modo el hombre puede dejar de vivir en estado enajenado para alcanzar la libertad.
Marx ilustra sobre lo que significa la enajenación en el trabajo: “EL trabajo produce, ciertamente, maravillas para los ricos, pero produce privaciones para el trabajador. Produce palacios, pero también cabañas para el  trabajador. Produce belleza, pero deformidad para el trabajador. Sustituye al trabajo por la maquinaria, pero desplaza a algunos trabajadores hacia un tipo bárbaro de trabajo y convierte a los demás en maquinas. Produce inteligencia, pero también estupidez y cretinismo para los trabajadores. (…)El trabajador sólo se a sus anchas, pues, en  sus horas de ocio; mientras que en trabajo se siente incómodo. Su trabajo no es voluntario sino impuesto, es un trabajo forzado.  No es la satisfacción de una necesidad, sino sólo un medio para satisfacer otras necesidades”.

No hay comentarios:

Publicar un comentario