martes, 19 de octubre de 2010

Antecedentes y fuentes del marxismo.

Marx es el continuador de tres corrientes ideológicas esenciales  del siglo XIX: La filosofía clásica alemana (Hegel), la Economía Política inglesa y  el socialismo francés. De todas estas fuentes, la filosofía de Hegel es decisiva. De Hegel, Marx hereda la dialéctica. Pero es preciso advertir que la dialéctica en Marx es diferente; la dialéctica hegeliana es de carácter especulativo, mientras que la de Marx es una dialéctica histórico- social.
EL método dialectico es  aquel que deduce una síntesis a partir de una tesis y una antítesis contrapuestas: en Hegel este proceso acontece en la vida del espíritu. La dialéctica de Hegel  es especulativa, porque  “el proceso dialectico de concepción de la realidad y la verdad es un proceso que acontece en el sujeto”.
 Así pues, el elemento del proceso dialectico tiene lugar, según Hegel, en el propio espirito, en  la vida especulativa, a través de tres momentos:
a) Inmediatez del espíritu
b) Contradicción-superación, y
c) Nueva síntesis.
Según Hegel, la vida y la dinámica del espíritu aparecen como la forma esencial de la realidad histórico-social.  El espíritu o sujeto es el paradigma de la realidad.
Contra esta concepción  plenamente idealista se enfrenta Marx. En la Ideología alemana, Marx hace una crítica del carácter idealista de la Filosofía clásica alemana;  a ninguno de los filósofos alemanes, piensa Marx, se le ha ocurrido preguntar por el entronque de la Filosofía alemana con  la propia realidad alemana; esto es, con el propio mundo material que les rodea. En contra de las filosofías idealistas, Marx sostiene que “las premisas de que partimos no tienen nada de arbitrario, sino que son premisas reales, de las que solo es posible abstraerse en la imaginación. Son los individuos reales, su acción y  sus condiciones materiales de vida, tanto aquellas con que se han encontrado como las engendradas por su propia acción. Estas premisas, agrega Marx, pueden comprobarse, consiguientemente, por la vía puramente empírica”.
Según Marx, la dialéctica ya no es  especulativa; Hegel, afirma Marx, incurrió en una “mixtificacion” de la dialéctica, es necesario invertir la dialéctica hegeliana, la  cual esta “cabeza abajo”.
La inversión de la dialéctica que reclama Marx significa que el proceso dialectico no tiene lugar en el espíritu; en todo caso el espíritu debe conjugarse orgánicamente con otros elementos decisivos, como son “las condiciones socio-histórico-materiales de  la existencia humana. En la dialéctica de Marx --- dialéctica no ya de un espíritu humano, sino de hombres siempre  situados en concretas condiciones sociales y materiales--- el proceso dialectico se define como praxis”

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