martes, 19 de octubre de 2010

El MARXISMO

El marxismo es el sistema de las ideas y  la doctrina de Marx. Carlos Marx (1818-1883) nació en Tréveris, provincia del Rin. Después  de estudiar en la escuela de su ciudad, ingresó en la Facultad de Derecho de la Universidad de Bonn (1835)y  al año siguiente en la de Berlín, donde estudio la Filosofía hegeliana. Mas tarde, de 1842 a 1843, colaboro en un periódico socialista y se familiarizo con  los escritos de los socialistas utópicos franceses.  En 1844 conoció en  Paris a Engels, con él mantuvo amistad durante toda su vida y colaboro en varias obras.  En1845 radico en  Bruselas  y en 1849 en Londres, donde   permaneció hasta su muerte. Entre sus obras figuran: Miseria de la Filosofía, Critica de la Economía Política, EL  Capital, La Ideología alemana, Critica de la Filosofía del Derecho de Hegel, Manuscritos económico-filosófico.

Antecedentes y fuentes del marxismo.

Marx es el continuador de tres corrientes ideológicas esenciales  del siglo XIX: La filosofía clásica alemana (Hegel), la Economía Política inglesa y  el socialismo francés. De todas estas fuentes, la filosofía de Hegel es decisiva. De Hegel, Marx hereda la dialéctica. Pero es preciso advertir que la dialéctica en Marx es diferente; la dialéctica hegeliana es de carácter especulativo, mientras que la de Marx es una dialéctica histórico- social.
EL método dialectico es  aquel que deduce una síntesis a partir de una tesis y una antítesis contrapuestas: en Hegel este proceso acontece en la vida del espíritu. La dialéctica de Hegel  es especulativa, porque  “el proceso dialectico de concepción de la realidad y la verdad es un proceso que acontece en el sujeto”.
 Así pues, el elemento del proceso dialectico tiene lugar, según Hegel, en el propio espirito, en  la vida especulativa, a través de tres momentos:
a) Inmediatez del espíritu
b) Contradicción-superación, y
c) Nueva síntesis.
Según Hegel, la vida y la dinámica del espíritu aparecen como la forma esencial de la realidad histórico-social.  El espíritu o sujeto es el paradigma de la realidad.
Contra esta concepción  plenamente idealista se enfrenta Marx. En la Ideología alemana, Marx hace una crítica del carácter idealista de la Filosofía clásica alemana;  a ninguno de los filósofos alemanes, piensa Marx, se le ha ocurrido preguntar por el entronque de la Filosofía alemana con  la propia realidad alemana; esto es, con el propio mundo material que les rodea. En contra de las filosofías idealistas, Marx sostiene que “las premisas de que partimos no tienen nada de arbitrario, sino que son premisas reales, de las que solo es posible abstraerse en la imaginación. Son los individuos reales, su acción y  sus condiciones materiales de vida, tanto aquellas con que se han encontrado como las engendradas por su propia acción. Estas premisas, agrega Marx, pueden comprobarse, consiguientemente, por la vía puramente empírica”.
Según Marx, la dialéctica ya no es  especulativa; Hegel, afirma Marx, incurrió en una “mixtificacion” de la dialéctica, es necesario invertir la dialéctica hegeliana, la  cual esta “cabeza abajo”.
La inversión de la dialéctica que reclama Marx significa que el proceso dialectico no tiene lugar en el espíritu; en todo caso el espíritu debe conjugarse orgánicamente con otros elementos decisivos, como son “las condiciones socio-histórico-materiales de  la existencia humana. En la dialéctica de Marx --- dialéctica no ya de un espíritu humano, sino de hombres siempre  situados en concretas condiciones sociales y materiales--- el proceso dialectico se define como praxis”

EL Hombre

La dialéctica marxista permite comprender la idea  del hombre según Marx. El hombre es definido en términos de praxis. Dice Adolfo Sánchez Vázquez que “en el transito de los Manuscritos de 1844 a la Ideología alemana y las Tesis sobre Feuerbach, Marx deja establecido un concepto de la esencia del hombre como praxis, es decir, como ser  productor, transformador, creador. Esta esencia la concibe, a su vez, como dada afectivamente en su vida  real, en su propia existencia social e histórica”.
Según Marx,  para explicar  al hombre debe partirse de los individuos reales, de sus acciones prácticas y de sus condiciones materiales de existencia. Los hombres no  son algo aparte de lo que manifiestan, o sea, de su vida real y de su historia.
EL hombre se define esencialmente por la producción. Dice Marx en la Ideología alemana:  “EL hombre mismo se diferencia de los animales  desde el momento en que comienza a producir sus medios de vida, el hombre produce indirectamente su propia vida material”.
Además el hombre se define como ser social. “La esencia humana no es algo abstracto e inmanente a cada individuo. Es, en su realidad, el conjunto de las  relaciones sociales que producen tanto la naturaleza del hombre social como del individuo”.

La enajenación.

Una idea clave de la Filosofía marxista es la enajenación. Hegel habla de enajenación, pero en un sentido metafísico y abstracto; según Marx, la enajenación se da en un plano concreto y humano. En Los manuscritos económicos y filosóficos de 1844, Marx habla de la enajenación del hombre en el trabajo. Según Marx, la separación entre el productor y la propiedad de sus condiciones de trabajo constituyen un proceso que transforma los medios de producción en capital y, a la vez, transforma los productores en asalariados; por lo tanto, es necesario liberar al hombre de la esclavitud originada por el trabajo, que no le pertenece, mediante una apropiación del trabajo. De este modo el hombre puede dejar de vivir en estado enajenado para alcanzar la libertad.
Marx ilustra sobre lo que significa la enajenación en el trabajo: “EL trabajo produce, ciertamente, maravillas para los ricos, pero produce privaciones para el trabajador. Produce palacios, pero también cabañas para el  trabajador. Produce belleza, pero deformidad para el trabajador. Sustituye al trabajo por la maquinaria, pero desplaza a algunos trabajadores hacia un tipo bárbaro de trabajo y convierte a los demás en maquinas. Produce inteligencia, pero también estupidez y cretinismo para los trabajadores. (…)El trabajador sólo se a sus anchas, pues, en  sus horas de ocio; mientras que en trabajo se siente incómodo. Su trabajo no es voluntario sino impuesto, es un trabajo forzado.  No es la satisfacción de una necesidad, sino sólo un medio para satisfacer otras necesidades”.

Estructura y superestructura.

En Marx se encuentra una autentica Filosofía de la Historia, ya que pretenden encontrar la ley que explique la historia humana. Esta ley implica sostener que el modo de producción de la vida material condiciona el proceso de la vida social, política y espiritual en general.
En la historia se encuentra una estructura formada por las relaciones económicas y sociales, y una superestructura que es el resultado de una estructura económica dada; la superestructura esta constituida por la religión, el arte, la filosofía, la ideología, la moral, etcétera.
“La Ética marxista considera la moral como reflejo de las relaciones sociales en desarrollo, como expresión de los intereses de las distintas clases que afirman su compresión del bien y el mal, del deber y la conciencia, del bien social y la felicidad individual. La ética marxista, al expresar los intereses de la clase más progresista de la historia, el proletariado, fundamenta teóricamente los principales  de la moral comunista, de la moral de la ayuda reciproca, la camadería y el colectivismo”.
Cuando se llega a considerar que la superestructura es la  autentica realidad, entonces se cae en la enajenación.
La Historia se explica por las contradicciones de su vida material, por el conflicto existente entre las fuerzas productivas sociales y las relaciones de producción. En la Historia se advierten así, por su modo de reproducción, sociedades como la asiática, la antigua, la feudal y la moderna burguesa.
Marx critica especialmente a la sociedad burguesa, la  cual representa la más avanzada etapa de la explotación del hombre por el hombre.
“EL trabajador tiene la desgracia de ser un capital viviente”(…) en la sociedad capitalista, tal como Marx concibe, la explotación del hombre por el hombre llega a su máximo, porque el capital es la forma de una riqueza acumulada a base de la utilización del trabajo de los proletarios”.
La ganancia que enriquece al capitalista proviene de la explotación del trabajador. El obrero crea en seis horas un producto que basta para su mantenimiento; durante las seis horas restantes engendra un plus producto, que es la plusvalía.
Aplicando la dialéctica, Marx considera que la sociedad capitalista, al crear una clase explotada, ha creado sin quererlo el principio de su propia destrucción. “LA historia de todas las sociedades que han existido hasta nuestros días, es la historia de la lucha de clases. Hombres libres y esclavos, patricios y plebeyos, señores y siervos, maestros y oficiales; en una palabra: opresores y oprimidos se enfrentaron siempre, mantuvieron una lucha constante, velada unas veces, y otras franca y abierta; lucha que termino siempre con la transformación revolucionaria de toda la sociedad o el hundimiento de las clases beligerantes… La moderna sociedad burguesa, que ha salido de entre las ruinas de la sociedad feudal, no ha abolido las contradicciones de clase. Únicamente ha sustituido las viejas clases, las viejas condiciones de opresión, las viejas formas de lucha por otras nuevas. Nuestra época, la época de la burguesía, se distingue, sin embargo, por haber simplificado las contradicciones de clase: toda la sociedad va dividiéndose, cada vez más, en dos  grandes campos enemigos, en dos grandes clases, que se enfrentan directamente: la burguesía y el proletariado”.
Con la revolución proletaria empezara la historia de la humanidad en dos etapas: el socialismo y el comunismo. El socialismo es una sociedad que se desarrolla directamente a partir del capitalismo, es una primera fase de la nueva sociedad. El comunismo, por el contrario, es una etapa más  elevada de la sociedad y solo pueden desarrollarse cuando el socialismo se haya  afianzado plenamente.